¿Qué es?
El dengue es una infección vírica transmitida por la
picadura de las hembras infectadas de mosquitos del género Aedes. Hay cuatro
serotipos de virus del dengue (DEN 1, DEN 2, DEN 3 y DEN 4). El dengue se
presenta en los climas tropicales y subtropicales de todo el planeta, sobre
todo en las zonas urbanas y semi urbanas.
Síntomas
La fiebre del dengue se inicia con una fiebre alta y repentina,
a menudo de 38,5 a 40°C, de 4 a 7 días después de la infección.
De 2 a 5 días después de que la fiebre comienza, puede
aparecer una erupción plana y roja sobre casi todo el cuerpo. Posteriormente en
la enfermedad, se presenta una segunda erupción parecida al sarampión. Las
personas infectadas pueden experimentar una mayor sensibilidad en la piel y
sentir mucha molestia.
Otros síntomas abarcan
Fatiga
Dolor de cabeza (especialmente detrás de los ojos)
Dolores articulares
Dolores musculares
Náuseas
Inflamación de los ganglios linfáticos
Vómitos
Tos
Dolor de garganta
Congestión nasal
Pruebas y exámenes
Los exámenes que se pueden hacer para diagnosticar esta
afección abarcan:
Título de anticuerpos para los tipos del virus del dengue
Conteo sanguíneo completo (CSC)
Examen de reacción en cadena de la polimerasa (RCP) para los
tipos del virus del dengue
Pruebas de la función hepática.
Posibles
complicaciones
Convulsiones febriles
Deshidratación severa
Prevención
El uso de ropa, repelente para mosquitos y mosquiteros puede
ayudar a reducir la exposición a estos insectos. Asimismo, el hecho de viajar
durante los períodos de actividad mínima de los mosquitos también puede servir.
Los programas de control de mosquitos pueden reducir el
riesgo de infección.
El mosquito transmisor del dengue vive en los recipientes
que contienen agua dentro de la casa y en sus alrededores
Por eso, para prevenir la enfermedad es importante:
Desechar todos los objetos que no se utilicen que estén al
aire libre y puedan acumular agua: llantas viejas, latas, botellas, juguetes.
Tapar los depósitos de agua y cambiar diariamente el agua de
los bebederos de los animales.
Poner arena o tierra húmeda en los floreros o cambiar el
agua diariamente.
Llenar con tierra o arena los charcos y lugares donde se
acumule agua de lluvia.
Protegerse de las picaduras con pantalones y remeras de
manga larga; usar repelente sobre la piel expuesta y sobre la ropa (repitiendo
la aplicación cada 3 horas); y poner mosquiteros en puertas y ventanas.